Tiempo de Cambio

Hoy tuve la suerte de encontrarme una película excelente, de esas cuyo contenido es exquisito y que dejan un buen sabor de boca. Hablo del filme "The Great Debaters" (desconozco el título oficial en español). Realmente hace unas semanas que estoy buscando un buen tema para empezar a agregar contenido de mi autoría en esta esquina, la cual se había limitado por razones de tiempo a ser una especie de baúl de tesoros digitales o digitalizados, y esta película disparó en mí la inspiración necesaria para decidir a dar el primer paso.

La película acoge como temática la historia de un profesor afroamericano que en el año de 1935 dirige un grupo de estudiantes oradores que se preparan para debatir. No sé si esto es coincidencia con la candidatura presidencial de Barack Obama, o si es que ambas (la candidatura y el filme) son consecuencias de una época en sintonía con el cambio y la esperanza de que los seres humanos nos iniciemos de una vez por todas en un sendero de tolerancia y respeto sin importar las diferencias insignificantes que nos distraen de la obvia verdad: la raza humana es sólo una.

En esta primera década del siglo XXI, un americano y africano se encamina a ser el primer presidente de los Estados Unidos que no es caucásico. No es un error de escritura que lo califique de americano y africano en vez de afro-americano, pues Barack no es hijo de negros americanos, sino de la unión de un africano de color negro con una americana de color blanco cuyo resultado es un mulato cuyas ideas han sido más coloridas que su piel, la cual ha quedado opacada por un pensamiento de unidad y de tolerancia. Los medios masivos a los cuales les encanta centrar la campaña presidencial americana en la raza debieran ser más profesionales y calificar a Barack Obama de mulato y no de negro, o de medio blanco y medio negro, si les parece matemáticamente mejor.

Todavía recuerdo aquella noche del domingo 6 de enero de 2008 cuando veía el debate de los demócratas para las primarias de New Hampshire, y mientras los 4 candidatos debatían mi atención se centró en la voz pausada y el discurso reconciliador de Barack Obama, el cual acababa de sorprender al mundo con su victoria en el pequeño estado de Iowa, donde más del 90% de la población es blanca. De inmediato me di cuenta que estaba prestando atención a una figura diferente y lo demás ha sido historia conocida por todos.

Él mismo ha dejado a un lado el tema racial en su campaña para concentrarse en un debates de ideas de otro orden, en el que verdaderamente quieren concentrarse los electores y admiradores de la libertad y la democracia. He sido testigo de su parsimonia al expresar que nunca oirán los electores de su campaña un discurso que utilice el patriotismo como una cuña y a la religión como un palo para dividir (como lo hizo el presidente Bush) a la sociedad americana.

Creo que de resultar electo Barack Obama, sería una clara señal de que los Estados Unidos vuelven a tomar la delantera en carrera por ganar el título de "la tierra de la libertad" en un mundo donde las grandes potencias o los países desarrollados no han encomendado su destino en las manos de un líder que no sea primero valorado por el color de la piel y luego por sus ideas. Si lo eligen y logra terminar su mandato sin mayores inconvenientes, seremos testigos de una época histórica trascendental. Si sucede lo contrario, los amantes de la libertad seguiremos trabajando para ser testigos de un mundo de fraternidad y de esperanza. No se pierde absolutamente nada con soñar y creer, así como lo hizo ese profesor de Texas que inspiró a sus alumnos al debate, hace 73 años.